NOTAS TÉCNICAS

Calidad del aire en el Valle de Aburrá

Acciones en la gestión

Desde el año 1998, el Área Metropolitana del Valle de Aburrá -AMVA- como autoridad ambiental ha adelantado acciones para el diagnóstico y control de la contaminación atmosférica. El conocimiento adquirido durante veinte años permite afirmar que, en la actualidad, las autoridades locales poseen el diagnóstico y el conocimiento suficiente para la toma de decisiones efectivas en gestión de la calidad del aire y la aplicación de medidas para evitar y atender la salud de la población.

-REDAIRE- creación de la Red de cooperación científica y tecnológica para el estudio de la meteorología y la calidad del aire creada en 1992 y que gracias a un convenio interinstitucional reúne a representantes de varias universidades, el municipio de Medellín y la autoridad ambiental urbana. Por medio de REDAIRE se han instalado y operado 21 estaciones de medición, financiado proyectos de investigación y emitido boletines periódicos informativos de la calidad del aire en el Valle de Aburrá.

SIATA– Sistema de Alerta Temprana de Medellín y en el Valle de Aburrá, entre sus objetivos se encuentra el monitoreo en tiempo real de las condiciones meteorológicas y de la calidad del aire. Entrega información a la ciudadanía en tiempo real

Contaminación atmosférica en el Valle de Aburrá

Su ubicación geográfica en un entorno montañoso, un valle angosto y semicerrado con períodos de escasa ventilación, son condiciones adversas para la “circulación horizontal de las masas de aire” lo que favorece “la acumulación de contaminantes y dificulta su remoción” (AMVA, 2018a).

Estas condiciones geográficas y meteorológicas adversas para mantener buenas condiciones de calidad del aire se agravan por la densificación de su población, el aumento del parque automotor y de la industria contaminante.

Conforme con las cifras oficiales, el 95% de la población del Valle vive en suelo urbano (AMVA, 2018a).

Entre los años 2005 y 2015 el parque automotor se ha incrementado en 182%, pasando de 478.000 a 1.347.736 automotores (AMVA, 2018a).

Estas fuentes móviles contribuyen con el 79% de emisiones de PM 2.5 y las fuentes fijas (producción industrial) contribuyen con el 21% restante (AMVA, 2018a).

Gracias a las investigaciones científicas, con y sin financiación pública, se ha diagnosticado y comprobado suficientemente el nexo de causalidad entre la contaminación atmosférica y el deterioro de la salud de la población. Estos hallazgos envían un claro mensaje a los tomadores de decisión de avanzar más allá de las acciones diagnósticas hacia estrategias preventivas con acciones más robustas y audaces para controlar los factores de contaminación.

La población exige acciones estrictas que controlen de manera directa las principales fuentes de contaminación como lo son el parque automotor y las fuentes de emisión industrial. En estos dos últimos casos, en el Área Metropolitana del Valle de Aburrá las medidas se han implementado de forma progresiva y no siempre garantizando la protección de los derechos colectivos de la población como lo son los derechos a un ambiente sano y a la salubridad públicas, en aras de hacer posible el ODS 11 y alcanzar la meta de un área metropolitana sostenible

Contaminación atmosférica y efectos en la salud 

La evidencia recogida a partir de estudios longitudinales ecológicos, transversales y de pruebas funcionales permite concluir con un razonable sentido de certeza que la contaminación atmosférica en Medellín y el área metropolitana genera efectos nocivos en la función respiratoria de sus habitantes, aumenta las afecciones del árbol respiratorio, al igual que los signos y síntomas neurosicológicos y aporta una significativa proporción de mortalidad por enfermedades cardiorrespiratorias y cáncer de pulmón.

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